Oyekun-Ogunda

De IFA Wiki
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Oyekun-Ogunda
I 0
I 0
I 0
0 0
Hablan: Eggun, Oshun, Yemaya, Oya, Obatala

Oyekun-Ogunda (Oyekun tekunda, Oyekun mambula) recomienda principalmente evitar todo tipo de conflictos. Es un signo que exige paciencia y tolerancia en cada situación. La psicología del signo explica que encerrarse en los criterios y punto de vista propios genera obstáculos de diversos tipos.

Marca

  • Conflictos
  • No ser avaricioso
  • No calumniar a nadie
  • Tener paciencia

Plano espiritual

  • Este odu representa la naturaleza espiritual de Orunmila. Y su polaridad contraria Ogunda-Oyekun, es la representación material.
  • Habla de la mística detrás de la acción de soplar coco obi con ataré meta (tres pimientas de guinea) a los cuatro vientos cuando se realizan algunas ceremonias.
  • Este signo habla de la presencia de un potencial femenino en la vida del hombre, que es la fuente de su prosperidad.

Plano material

  • Recomienda a la persona no ser avariciosa.
  • Habla de las propiedades purgantes y desintoxicantes de la pimienta de guinea (ataré)

Plano individual

  • No dejar proyectos seguros por otros inciertos o inseguros.

Plano social

  • Ifa recomienda evitar conflictos de todo tipo, familiar, con amistades y en particular en el ámbito laboral.
  • Este signo alerta sobre la inestabilidad de criterio al querer esuchar consejos contradictorios.

Refranes

  • Calumniar a otros es auto degradarse.
  • Es posible arrepentirnos de nuestros actos, pero es inevitable aceptar las consecuencias.
  • El atormentador conduce a todos a la inflexibilidad.
  • El incendio en el campo no aflije a la paloma, en cuanto ve el fuego vuela a su refugio.
  • Quien queda cabeza donde antes fue cola, no quieren respetarlo.
  • Oido que oye todas las lenguas trastorna su cabeza.
  • No deje lo seguro por lo dudoso.

Patakines

El avaricioso

Este camino cuenta que cierto perro entró a un matadero y se robó una gandinga. Cuando iba de regreso pasó por un río y vió la gandinga reflejada en el agua. En el reflejo la gandinga se veía mas grande, entonces soltó la que traía en la boca tratando de coger la otra, cayéndosele la gandinga al río y quedándose así sin nada.

Simbología: El perro tiene varias simbologías principalmente asociada a ser guardián de un portal, pero además, como en este caso a un arquetipo mental que rige la capacidad de discernir. En este caso el animal no es capaz de diferenciar entre lo objetivo y lo fantasioso. El animal que confundido por el hambre (el deseo) no sabe que el reflejo en el agua es solo eso, un reflejo. El confusión por el deseo desmedido y la incapacidad de reconocer la objetividad de las cosas causa la perdida completa.

Los enemigos de Orunmila

En un pueblo vivía un sacerdote de Ifa que tenía muchos enemigos awoses. Estos enemigos no sabían cómo lo iban a liquidar porque ya le habían hecho muchos trabajos y no tenían efecto. Cierto dia que el awó tenía que ir a una ceremonia de Ifa, se miró viéndose éste signo de Ifá que le decía: La ataré desbarata cualquier brujería que le den al awó. Así que se llevó ataré en los bolsillos. Cuando llegó al plante los otros awoses, ya le habían preparado la trampa y la habían puesto en el coco a Osain, para que cuando los comiera se envenenara. Sin embargo el awó asombró a todos al ponerle ataré meta al coco antes de masticarlo. Entonces todos sus enemigos dijeron dijeron: La verdad es que no podemos con este awó.

Obatala no hizo ebbó

Obatalá iba a hacer un viaje al campo y antes quiso saber qué le decía Orunmila. Fue a consultarse y éste le dijo que hiciera ebbó antes de partir porque iba a tener problemas con la justicia. Obatalá le dijo que "él era muy grande" y que no necesitaba hacer ebbó. Asi que se fue pero antes de irse cogió un saco, una soga y dos cocos.

En un lugar que tenía que brincar un obstáculo en el camino, dejó el saco en un extremo antes de brincar al otro. El enemigo que lo acechaba, vió cuando abandonó el saco, lo abrió y le echó una serpiente. Obatalá no lo vio y volvió a cargar con su saco. Mas adelante en el camino Obatalá quiso descansar y el hijo de su enemigo que andaba por ahi vió el saco, metió la mano y la serpiente lo mordió.

La policía prendió a Obatalá y comenzaron a investigar quién había echado la serpiente en el saco, pero no pudieron saber. Fueron entonces a ver a Orunmila y éste les dijo que el padre tenía la culpa de lo que le había pasado al muchacho y Obatalá fue absuelto por su inocencia y tuvo que hacer ebbó con: un saco, una soga y dos cocos.


El estibador y Obatalá

Había una vez un hombre que trabajaba en la plaza y era estibador, él le hacia los mandados a Orunmila. Un día Obatalá lo vió y le llamó la atención de que como era posible que después de tanto tiempo de haber echo Ifa siguiera trabajando de cargador en la plaza. Diciéndole: "Dile a Orunmila que no te utilice mas como cargador ni mandadero en la plaza". El hombre, después de haber escuchado a Obatalá, fue donde estaba Orunmila y hubo de decirle lo sucedido con Obatalá. Orunmila le contestó que el en ningún momento le había ordenado hacer ese trabajo, ni tampoco lo obligaba, que le explicara eso a Obatalá. El hombre se lo dijo a Obatalá, agregando que el creía que esa era su manera de ser mas útil. Entonces Obatalá le dijo: "bueno, entonces tu siempre seguirás siendo cargador".

Los tres enemigos de Orula

Olofin mandó a buscar a Orunmila para que fuera a la tierra de Ifé, porque había muchos muertos y quería ver qué se podía hacer para evitar esto. Cuando Orunmila salió de su casa se encontró con una persona que le dijo que si pensaba ir a la tierra de Ifé, mejor no lo hiciera porque había oído una conversación mala con respecto a él. Orunmila siguió su camino, y mas adelante otro le dijo que si iba para la tierra de Ifé que no fuera porque le estaban preparando una trampa. Orunmila también ignoro a este otro, pero cuando estaba a la salida del pueblo, vino un tercero y le dijo que no fuera para Ifé porque le estaban esperando para matarlo. Esta vez Orunmila se asustó y en vez de seguir por el camino, se fue huyendo por el monte, escondiéndose en un tronco hueco para que nadie lo viera.

Pasó el tiempo y hacía siete días que lo estaban buscando cuando se apareció una mujer oboñú, que iba todos los días al monte en busca leña para vender. Esta mujer era Oshún que se llamaba Peshiweife y al ver el palo hueco donde estaba Orunmila, pensó que era el más fácil de cortar y fue hasta el. Cuando dió el primer hachazo, escuchó que cantaban:

Mankeo, Mamakeo Keke Sisi Makeo Ewé Sisi

Oshún se quedó quieta escuchando el canto, entonces pensó: ¿Quién será? Cuando dió el segundo hachazo, y entonces escuchó otro canto:

Orí Koke Kara Wan Weno Unkuemi (no vengas a lastimarme)

Fue cuando Oshún comprendió que el que cantaba era Orunmila. Miró dentro del árbol, lo vió y le preguntó qué hacía ahí. Orunmila contestó: Yo estoy aquí porque dicen que estan buscándome para matarme. Entonces Oshún le respondió: No señor, la gente está muy triste, porque no lo han visto.

Oshún le dió la comida que llevaba y le dijo que se iba pero que regresaba, que la esperara. Salió y se fue a casa del Obá informándole que había encontrado a Orunmila. El Obá dijo: Si es verdad, te doy las riquezas que tú quieras y ahora mismo vas a buscarlo. Enviándola de regreso con algunos de sus sirvientes para que la acompañaran. Regresaron a donde estaba escondido Orunmila y lo llevaron ante el Obá que le preguntó por qué no había ido cuando lo habían llamado. Orunmila respondió: Para contestarle correctamente, primero necesito que me mande a buscar al Chivo, al Gallo y a la Paloma, que fueron los causantes de que yo no viniera. El ounko dijo que usted me estaba esperando para echarme a Oggún, el akokó dijo que me iba a matar y la eyelé dijo que había una trampa por eso me asusté y me escondí. Entonces el Obá, que era Olofin, dijo a los tres mentirosos: "desde hoy ustedes servirán para ebbó y para comer. al ounko se lo comerá Oshún; al akokó Elegbara y la eyelé yo, Olofin". Orunmila dio entonces a Oshún un hacha de oro y ésta se puso sus adanes largos y las tres caretas de los tres arayes de Orunmila. Así Orunmila se quedó con Oshún, las riquezas y los criados, salvando con el ebbó al pueblo de Ifé.